Con el paso de los años he descubierto que no quiero príncipes aburridos hasta la saciedad, que llevan leggins y marcan paquete. ¡¡Me aburren mucho!!
No quiero cuentos fantásticos, ni calabazas tuneadas.
Yo lo que quiero es un lobo feroz con garras afiladas y ganas de fiesta.
¿Habéis probado los zapatos de cristal? Son incómodos para el centro y muy poco prácticos.
¡¡No quiero polvos mágicos, quiero polvos increíbles!! De esos que te hacen perder el juicio, el norte, el sur... ¡¡Todo!!
No soy una princesita repelente que necesita ser rescatada, porque nosotras hace tiempo que nos manchamos las manos y no pasa nada.
Mientras que las "Julietas" de ciudad y las princesas de cuento esperan a su príncipe azul en la ventana, yo bailo en el lado oscuro seduciendo al apuesto lobo feroz.
Porque... ¿Qué os voy a contar?
Yo iba por el buen camino... Pero es un puto aburrimiento.
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