Experimentos reales. (Segunda Parte)

Hace un par de semanas, pensaba y estaba convencida de ello, que los infieles inventaban mil excusas para poder llevarte a la cama.
Estaba convencida.
Lo prometo!
Decidí probar mis teorías, con el Sr. Oso. (Por lo de los pelos y eso)
Ver hasta que punto estaba dispuesto a poner en juego, su matrimonio de plastilina.
Después de un par de cafés en el centro de la ciudad.
Llegó una de las dos conversaciones de la temporada.
- Quedamos un día para cenar en tu casa?  Puedo llevar el vino. (Dijo él muy seguro de si mismo)
- Podemos ir a un restaurante. (Contesté)
- En un restaurante hay mucha gente y yo quiero estar a solas contigo.
- ¿Y tu mujer? (Zas! En toda la boca)
- Quién esta hablando ahora mismo de ella. (Dijo con una sonrisa)
"Yo, estaba hablando yo de ella, capullo!"
-  Es tarde, tengo que irme.
- Voy a esperar tu llamada todos los días.
Así el Sr. Oso se fue alejando de aquella calle, del centro de la ciudad condal.
Los maridos infieles de este siglo, les da exactamente lo mismo sus santas esposas.
Ya no fingen, son sinceros, no se esfuerzan ni por mentir y decirnos que su matrimonio esta mal.
Estaba confundida...
Si quieren ser infieles, al menos podrían esforzarse un poco!
Llegados a este punto, la culpabilidad pasa a ser cosa de las otras?
Es decir, si yo sé que estas casado o ajuntado o llámalo como quieras a tu matrimonio de plastilina.
Paso a ser yo la culpable si decido, pasar una noche contigo entre mis sabanas lujuriosas?
Él se queda con la conciencia tranquila de no mentirme y así pasa tiempo.
Si me ha costado tan poco poner en riesgo un matrimonio...
¿Su Barbie del mercadillo cuántos cuernos llevará?
El Sr. Oso estaba dándolo todo, no mentía!
No podía sacarme eso de la cabeza!
Pensé un momento, la reacción de la Barbie... 
Si tenía que recriminarme algo por poner a su marido a prueba, solo podía decirle una frase....
- Con quien tendrías que hablar es con él...  Conmigo no.. El problema lo tiene él, lo tenéis los dos! Los siento pequeña saltamontes!
Nos ponen en bandeja desconfiar de ellos, mientras a su mujer le regala un precioso ramo de flores rojas, a mi me propone noches de desenfreno.
Queda demostrado, que son infieles por naturaleza...
Que da lo mismo lo que aparente contigo... 
Sabes que a la mínima, a la primera chica que le ponga a prueba...
Él caerá sin piedad!
Él quizás proponga una cena y se ofrecerá a llevar vino, quizás tu preferido!
Y cómo es sincero con su posible amante, tendrá la conciencia tranquila y todo el peso de la mentira caerá en la otra. 

Hombres del mundo... 
Os tengo calados!
Sé de que pie cojeáis!!!
Y ahora si que puedo decir bien alto...
¡Qué no os creo!