Sobreviviré...

Las chicas somos un poco así…
“Me cabreo, me cago en tu puta madre, intento que tu coche arda… y luego enseguida se me pasa”
Esto lo he entendido, cuándo en cuestión de media hora he pasado de ser la reencarnación de Saw, a mi yo normal…

La semana pasada mi Bro (Ese amigo sin pene, que consideras tu hermano. Con el que bebes cerveza y hablas normalmente de fútbol y de guarradas) me presentó a su novia.
Después de un par de jarras de cerveza y unas bravas comprendió que aunque llevara un vestido y unos tacones de infarto, era más chico de pensamiento que muchos de los chicos que estaban allí.
Comprendimos que habían dos tipos de “Amigas de...”
Están las que cómo yo a sus amigos, por muy fuertes, morenos y buenos que estén. Los tratan como a una amiga más, con otro tipo de constitución… ¡claro!
Y luego están las…
mmm… las…
Vaya, no sé cómo llamarlas sin un descalificativo.
Esas chicas que al contrario que yo, sus amigos sí que tienen pene y llegado el momento de recesión o de decadencia sexual, no dudarán en utilizarlos en su beneficio.
Ojo, podría decirlo que sonará bonito… Pero, ¿Para qué?
Esto es culpa del cine, que nos han convertido en unas monstruas sin corazón. No, no rollo Rosario. Mira a Janette, el mundo le hizo rebelde… pues a nosotras el cine nos hizo ser un poco hijas de puta.
¿Qué pasa en el cine? Pues que en un momento, la amiga se emborracha y termina en la cama con el prota y no, no quieres más detalles.
Vamos a llamar Lupita a mi nueva amiga.
Lupita me decía…
Hacer que su amiga, te caiga bien es cómo vestir a Roncero (rollo cerdo-cerda) con la camiseta blaugrana de Messi, una barretina y una estelada…
¡Imposible! ¡Inviable! ¡Un horror!
Yo mantengo distancias, no quiero conocerlas. No son tus aliadas, nunca son tus aliadas!
¿Entonces son tus rivales? le pregunte, con los ojos como platos.
Sí… me contestó ella, mientras que mantenía el mismo tono de voz.
¿Y no es mejor, tener al enemigo cerca? —quise saber más.


Silencio… nos quedamos en silencio, saboreando nuestra cerveza tostada y aquellas picantes patatas bravas.
Podemos reservar un viaje con un solo clic, podemos mirar el tiempo des del móvil o comprarnos esos maravillosos zapatos de tacón rojos.
Pero aún no sabemos si la perrera de Barcelona, tiene algún tipo de problema y las perras se escapan a diario, o son esas bragas tejanas que usan muchas que aún no se han leído bien los daños que provocan.
Quizás sean los hombres… Que también tienen tela y no saben guardar el pajarito en su sitio… (Que no me extrañaría nada!!)
Así que hombres de Barcelona, de Europa y del mundo mundial.
Tomaros un tranquimacin para vuestras hormonas, dadles una galletita a las perras de vuestro alrededor…
Nosotras podemos seguir fingiendo… (Sabéis que se nos da de vicio!)
Pero si queréis seguir conservando esos bonitos ojos y esas suaves manos…

¡DEJA DE MIRAR SUS BRAGAS TEJANAS!
#¡PRIMER AVISO!



Qué guapa que es tu amiga…
¿Dice miau o guau?
Psicópata. 01 de julio de 2014. 04:30AM

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