En
un par de semanas (otra vez) es mi cumpleaños...
¡Qué
dolor! ¡Otro año más!
Es espeluznante
pero soy oficialmente una pre-carca... ¡ahà es nada!
Y
más ahora que entre las conversaciones con mis flores del campo entran palabras
como "suavizante" "bodas" "despedidas de soltera"
"facturas" esas putas responsabilidades que nos llevan a esa famosa
lista que tengo...
Para
después quejarme (o no) al guionista de mi vida, porque está bien... Pero yo le
añadirĂa un par de litros de cerveza, alguna que otra noche cĂłmo aquella que no
tengo palabras aĂşn para describirla o... pffff mil cosas que veo muy justas o escasas.
Este
tampoco es un cumpleaños normal, no es los años que cumplo lo que celebro sino
los años en los que he vivido, eso sĂ...
¡En la mejor compañĂa!
AsĂ soy yo, rara hasta para celebrar
cumpleaños.
A
dĂa de hoy he duplicado esas miradas que tenĂa en el metro y que me hicieron
sonreĂr en algĂşn momento aunque fueran las seis de la mañana. He descubierto
también lo que son los enamoramientos de metro, esos enamoramientos que duran
lo que dura tu trayecto y que desaparecen tan pronto cĂłmo bajas de ese tren, o
de ese metro. Pero que son encantadores y maravillosos.
Sigo teniendo esos cuatro “te quiero”
suicidas que dije ilusionada aun sabiendo que se lo decĂa a la persona
equivocada, porque esa persona que tenĂa delante simplemente no me querĂa
una mierda. También he inaugurado este año el maldito contador de gritos que
casi me hacen perder el norte, el sur, el oeste y el este… ¡Todo! ¡HE DICHO CASI...!
Pero volvĂ a caminar y mientras lo
hacĂa encontrĂ© una mirada que me devolviĂł de golpe al contador de años vividos,
esa mirada que querrĂas tenerla siempre, todos los dĂas de tu vida. He sumado
muchos “lo siento” pero ahora entre nosotros, me han perdonado cosas que yo
nunca jamás de los jamases hubiera perdonado y viceversa he perdonado cosas que
a mi jamás de los jamases me perdonarĂan.
Sigo teniendo muchos abrazos más o
menos importantes pero ninguno cĂłmo esos cuatro que son irrepetibles porque me
los dieron personas que ya no están, que no están en este mundo loco que no entenderemos jamás,
pero por las que lo darĂa todo por volver a vivir y sentir uno de esos abrazos
que te hacĂan sentir en casa.
Esas noches en un hospital esperando
en silencio algo que no ocurrirĂa son horribles de recordar, pero ahĂ las
tengo guardadas en algĂşn lugar.
Y sĂ, quizás tambiĂ©n tengo más de
quince madrugadas pensando en alguien a quien tampoco le importaba una mierda,
nada, cero. Aunque claro, tengo otras madrugadas que… no hay palabras para
describirlas.
Tengo cientos de besos llenos de
pasiĂłn, pero realmente ahora mismo solo recuerdo dos, porque me hicieron perder
todo el sentido mientras una corriente eléctrica traspasaba mi cuerpo y me
hacĂan encima sentirme infinita. Ahora me pregunto… ÂżPor quĂ© no los di antes?
¿Por qué? ¿Por qué los guionistas de mi vida me hicieron esperar tanto? ¿Eh?
Pues no lo sé… En eso estoy…
No he olvidado esos cuatro inviernos
demasiado frĂos y solitarios, por eso este lo pienso llenar de color aunque estĂ©
al borde del precipicio.
Definitivamente a esos cuatro veranos
inolvidables he de sumarle este Ăşltimo que me ha llenado de luz y que me ha
llevado a conocer a personas que ¡GUAU!
No podrĂa describirlas, porque
seguramente no encontrarĂa el calificativo perfecto.
Solo les puedo decir… GRACIAS, gracias
por aparecer en mi vida.
Gracias también a los que siempre
están ahĂ, aguantándome esas cosas que… Lo reconozco, os tendrĂan que pagar
simplemente por aguantarme muchas veces, pero es que soy asĂ...
Hay cosas que no se pueden cambiar.
Hay cosas que no se pueden cambiar.
A mi lista he de sumarle lágrimas de
más que gaste en cosas que a dĂa de hoy me parecen sĂşper absurdas, pero que
entonces le di toda la importancia del mundo cuándo en verdad eran pfff… pollas en vinagre por lo menos.
A esas doce lágrimas amargas les he de
pedir perdĂłn, perdĂłn porque tendrĂais que haber sido infinitas.
Pero no, no os dejé ser infinitas
porque me levante y continĂşe.
De eso se trata, Âżno? De levantarse y de continuar.
De eso se trata, Âżno? De levantarse y de continuar.
A esas trescientas sonrisas he de
sumarle muchĂsimas más, porque se transformaron en carcajadas de esas que hacen
que te falte el aire y termines aplaudiendo como la foca retrasada del Rey
LeĂłn.
Esas cuatro sonrisas por compromiso me
siguen haciendo daño como el primer dĂa, porque se las regale al mundo cuándo
yo lo que querĂa en verdad era blasfemar, gritar todo lo alto que mis cuerdas
vocales me dejaran. Porque no soy un robot y hay cosas que duelen, duelen
aunque sonrĂa y diga que todo está bien… Porque seamos sinceros, el dolor puede
ser muy poético pero yo nunca pedà ser verso.
Mis pobres seis deseos de infancia se
siguen dando de ostias contra el suelo y se hicieron compañeros de esas
promesas que nunca he llegado a cumplir, aunque lo intentara todos los dĂas.
Sigo entendiendo muchos consejos…
TARDE, como siempre. Tarde porque los entendà cuándo ya me estrellé contra el
suelo, cuándo ya me desangré y cuándo se me terminaron todas las fuerzas que
tenĂa… y ahĂ están mis amigos con su sonrisa, su "TE LO DIJE" y su fuerza para
que no decaiga, porque hay que seguir y porque seguir es la Ăşnica opciĂłn.
También siguen estando esos errores
que mi lado Kamikaze repetirĂa sin dudarlo ni un solo segundo… ÂżPor quĂ©?
Porque no aprendo y no aprenderé jamás, nunca, es que soy muy de causas
perdidas.
Soy incapaz de contar esas canciones, esos libros, esas obras de teatro, esos conciertos
que me hicieron vibrar, aunque el concierto de AC/DC tardarĂa muchas vidas en poder olvidarlo.
Hace años esperaba mis dieciocho con
una sonrisa y mil kilos de ilusión, ahora nada tengo que ver con aquella chica…
Quizás se perdió o simplemente se agotó y evoluciono a lo que soy ahora.
Ahora comparto tardes cantando
canciones infantiles, preparando detalles para bodas, paseando, o sentándome en
la terraza de siempre con mis amigos de siempre (que no son amigos, SON MI
FAMILIA) y diciendo esa maravillosa frase que tanto asusta… "NOS ESTAMOS
HACIENDO MAYORES” Pues sĂ chicos, nos estamos haciendo mayores y cada dĂa
molamos más. (Esto tambiĂ©n hay que decirlo, poca gente puede decirlo pero... Nosotros sĂ!)
He dicho cosas que me las tendrĂa que
haber guardado para mĂ… Como tambiĂ©n me he guardado cosas que las tendrĂa que
haber gritado al mundo, o haberlas puesto en una lona y que una avioneta las
hubiera paseado por toda la ciudad condal. ¡ALGO!
AlgĂşn dĂa me aprenderĂ© mi nĂşmero de
teléfono y dejaré de dar el falso.
POR MI BIEN Y POR EL BIEN MENTAL DE MIS AMIGOS.
POR MI BIEN Y POR EL BIEN MENTAL DE MIS AMIGOS.
AlgĂşn dĂa sĂ© que tambiĂ©n recordarĂ©
como era aquello de decir “te quiero” y que se sentĂa al decirlo.
He llegado a ese maldito momento de la
vida en la que solo intento ser más humana y menos polĂticamente correcta, ese
punto en el que solo me vale ser feliz, pero ser feliz de verdad con la gente
que quiero y con la gente que me quiere.
Estas con las aventuras que cumplo en
un par de semanas…
¿Qué?
¿Qué si estoy preparada para
más?
¡POR SUPUESTO!
¡SÚPER PREPARADA!