Eric Vs. Eric.

No hace mucho, conocí a Eric, el atractivo marido de la Sirenita, aquella princesa mitad pez, mitad persona.

Hace menos todavía, tuve una larga conversación con él, una conversación que se nos fué de las manos y nos llevó hasta el amanecer.

En ella me confeso, lo aburrido que estaba a veces de ella, sus largas horas nadando por los océanos, lo lejos que le quedaba su hogar del de él, sus rarezas, las excusas que él le ponía de tanto en tanto..

Y lo mucho que echaba de menos a alguien cómo Úrsula... Mí queridísima mala malísima de la historia.

Algo de acción para una vida, que estaba rodeada de monotonía, en la que todo era igual y muchas veces quería gritar y escapar de esa pecera redonda, en la que parecía que vivía, pero llevaba tantos años metido allí dentro, que tenía una relación compleja..

Era un clarísimo caso, de ni contigo ni sin ti.

¿Todo ese amor que sentía al principio se había vuelto solo cariño? El acostumbrarse a una pecera? A una princesa? ¿A una manera de vivir y de hacer?

Me confeso entre vasos de agua natural, y no salada por cierto, como a veces tenía la necesidad de ir en busca de una inconformista, cómo tú.. por las oscuras noches de la ciudad, subido en su moto.

Cómo había veces en las que lo necesitaba, cómo le surgían irremediablemente, tensiones sexuales no resueltas.

Cómo se arrepentía de dejarlas en asuntos pendientes, de lo extraño que se sentía al terminarlas, pasando de la línea del bien al mal en un segundo.

Eso me hizo pensar.. ¿Dónde está el equilibrio?

Obviamente es necesario hacer balance, de ver las cosas buenas de ella y de la pecera...

Al fin y al cabo sigue siendo una princesa de manual, de las que no buscan un lobo feroz, ni un pirata malvado, (cómo tú o cómo yo) que le robe el barco a su capitán, para llevarte a las islas más lujuriosas del mundo y te recuerde que nadie mejor que ellos sabrán lo que necesitas.

Ella solo busca a un príncipe azul, que la lleve por playas tranquilas y que le haga un collar de conchas.

Supongo que ella no podrá entender nunca, que en tu interior hay una lucha a muerte, entre un príncipe azul y ese malvado e irrestistible Pirata... Es decir.. del novio perfecto.. o del novio im-perfecto...

Eric definitivamente tiene que hacer balance...

¿Realmente quieres estar eternamente en la pecera? ¿Quieres salir de ella?

Quizás lo que necesitas es salir un rato y después regresar al lado de ella...

Después de más de ocho horas hablando, al fresco, en pleno centro de Barcelona y cuándo ya salió el sol...

Eric se fue...

Puede, que tenga que hacer su lista...

Puede, que necesite salir de esa pecera de vez en cuándo..

Puede, que nunca se convierta en ese pirata que roba barcos a Garfio y te lleva a islas lujuriosas...

Pero estoy segura de que tarde o temprano...

Alguna noche, escapara de la pecera y me lo encontraré por el centro de Barcelona, subido a su moto, buscando a inconformistas por los callejones oscuros.