Un pintor, el karma y un intento frustrado de película x


Ella le dijo: Hazme sentir bien,
ver el mundo lleno de colores,
hazme reír y ver las estrellas.
Y él le contestó: Vos querés un novio.
¿O querés marihuana?


El lunes el karma me mando a un musculoso y atractivo pintor. Mientras le abría la puerta me miraba de reojo las pintas de mendiga veraniega doméstica que llevaba. 
Unas Munich destartaladas, sucias y desterradas de la vida pública, unos shorts tejanos rotos y cortos de esos que tienes para estar por casa y una camiseta de tirantes ajustada. Un moño mal hecho y el otro par de gafas grandes de pasta que tengo para ver mejor, lo que pasa es que como las patillas no están ajustadas pues se me caen y tengo pintas de secretaria en paro.

Sí, soy consciente de que parece la antesala a una puta película porno, pero no lo es!
Esa es la realidad que tenía ante mis ojos, en aquellos tensos momentos en mi casa nueva
Y ahí estaba yo, viendo cómo pintaba mientras que el sudor caía por aquellos músculos que invitaban a la lujuria en su máximo esplendor.
De tanto en tanto cogía la botella de agua helada, que minutos antes le había pasado para que combatiera el calor. Luego me miraba de arriba abajo... Por si alguna parte de mi cuerpo se fuera a perder o quizás por si me hubiera derretido...

Mientras me seguía mirando de arriba abajo, le iba retransmitiendo el partido en vivo y en directo a mis amigas. 
Y hablando de amigas, si fuera como las amigas perras del innombrable tres días después, es decir ahora mismo sería una flamenca del whatsApp, le habrían dado por culo a las putas paredes que tenía que pintar y ya os podéis empezar a imaginar cómo hubiera terminado aquello. Pero a diferencia de esas perras que siguen sin estar vacunadas, yo soy fiel. Fiel a lo que quiero, a mi equipo de fútbol, a mi grupo de música preferido, a mis amigos... Fiel a todo lo que persigo, entre otras muchas cosas. 


¡¡Chúpate esa Karma, que no voy a caer por más que lo intentes!!

Así que me empece a recrear la vista. Porque eso no es delito chicas y mientras me imaginaba un sinfín de escenas para una película porno...

La situación me llevo a replantearme varias cosas

LA PRIMERA:

Después de que el moreno musculoso de ensueño, en cuestión de 32 minutos (Sí, treinta y dos minutos... Los conté) me diera su número de teléfono por si algún día se me estropeaba algo, cualquier cosa. Y de que me viera en la obligación de hacer un referéndum con mis amigas sobre todas las posibilidades habidas y por haber. El sí, se ha impuesto por mayoría absoluta. 
Sí, quiere convertirme en una flamenca del whatsApp.
Sí, quiere un poco de pasión inconformista. 
Sí, esta muy bueno. (Vale, esto no lo he tratado en el referéndum pero ya os lo comunico yo.)
Sí, quiere darme mandanga.
Esto es así, la población femenina ha hablado. 

LA SEGUNDA:

¡Confirmo también que menos es siempre más!
¡Qué menos es todo!
Porque si con las pintas típicas de mendiga doméstica veraniega se consigue, que esa atractiva cosa con pene te mire cada cinco minutos para comprobar que sigues dónde estabas... ¿Qué coño hacemos todos los putos días arreglándonos como si no hubiera un mañana? 
¡¡¡Quiero saberlo, exijo saberlo!!!
¿Por qué nos pensamos que estando arregladas vamos a conseguir a la cosa con pene adecuada? Esto es un BAZINGA del karma en todos los morros, porque no es lo que lleves... ES COMO LO LLEVES. Me ha quedado claro y lo acepto. Cómo mendiga doméstica veraniega... ¡TAMBIÉN SE LIGA!

LA TERCERA:

Que a la pregunta que me hizo después, de si se podía cambiar ni que fuera la camiseta sudada antes de irse, la respuesta obvia era sí!
Sí que podía cambiarse la camiseta... 
Y yo, ilusa de mí, pensando que se iría al baño. Pues no, cogió y con todos sus huevos negros se quitó la camiseta delante de mí con todos esos apetecibles músculos al aire... Y qué aire... ¡Digo músculos!
Por supuesto que miré, tampoco soy gilipollas. Mirar no es pecado capital. Pero nada de tocar. 
Los caminos del Karma son enigmáticos y asombrosos y si se piensa que por muchas pruebas que me mande voy a ser débil es que no me conoce para nada. Y mira que lleva puteándome tiempo, para que no me conozca aún

Así, que mientras me despedía de él y me decía con estas mismas palabras textuales. "llámame cuándo quieras bombón, si necesitas arreglar cualquier cosa, un enchufe, ayudarte a poner las cortinas... Un grifo... llámame, estaré esperanto tu llamada!"
Estaba controlando a mi guerrera interior que estaba ya poniendo sevillanas a ritmo de "Sevilla tiene un color especial"

Después de todo esto, podríais pensar directamente que... "Soy gilipollas!"
Y yo os respondería... Hay que tener muchos huevos para después de estas pruebas, tener el concepto de la fidelidad tan bien definido. 
¿Fidelidad a qué? preguntaría otra iluminada de turno. Pues fidelidad a lo que quiero realmente y a mi conciencia. 
¡Si, soy rara pero me queréis igual!

Y ahora, que sigo en mi máximo esplendor y que mi guerrera interior cambio esas sevillanas por una canción de AC/DC que me pega más. Os voy a volver a dar la brasa un rato. 

1. Por más que os empeñéis, menos es siempre más. Aunque no hubiera estado en este mundo Bartolo, no me lo habría tirado. Pero, porque quiero más. No quiero que en dos horas pase todo. Es más divertido a veces hacerlos esperar un poco, porque entonces... Eres tú quien tienes la escalera de color en la partida de póquer. Decidimos nosotras, siempre decidimos nosotras. La cosa se trata de jugar y ya no es con nosotras. Es contra nosotras, lo que no saben es que llevamos tantos años de ventaja estudiando todas sus sucias y rastreras jugadas que quien no las conozca es que no ha vivido ni visto mundo. Estamos preparadas y no podrán contra nosotras. 

2. ¡Qué hemos dejado claro que no somos princesitas! ¡Ahora somos Espartanas! (esto tenéis que leerlo y al final decir UHH!! UHH!! UHH!! lanza en mano! Vale, llámalo lanza, llámalo bate de béisbol o un trapo que tengas a mano... Vamos, lo primero que pilles!)

3. Quizás el chico en cuestión se la habría sudado si hubiera ido con un espectacular vestido, que con una maravillosa pinta de mendiga casera... Y es verdad, que las cosas con pene están cambiando... Aunque poco y aún lo tienen que hacer más. O puede que fuera el calor sofocante que nos estaba regalando la ola de calor... ¿Quién sabe?

4. A partir de ahora vamos hacernos un favor a nosotras mismas y al mundo en general. No es como vayas, es con la actitud que vayas. Vamos a levantarnos todas las mañanas pensando que podemos contra el Karma, contra la vecina toca-cojones del décimo y contra quién haga falta. Sobre todo, que podemos con esas pruebas que el Karma nos pone para tocarnos los putos ovarios, porque ahora vamos hacer las cosas estupendamente. ¿Qué somos? Sí, exacto. Espartanas modernas, inconformistas y fabulosas. 
¿Y qué queremos? Todo, lo queremos todo!

5. Y por último... Que aunque lo niegue por activa y por pasiva... que aunque le diga que no a mis amigas, a mi misma y a mi masoca interior. Me gusta. Me gusta mucho.  

Tranquilos, seguir respirando que ahora viene el momento moñas...






¿Quién te crees que eres?

Yo no soy de acero, aunque lo parezca... este año he llorado, me he enfadado, gritado, gastado y amado por encima de mis posibilidades. Muy por encima a veces. También me han herido por encima de lo que podía soportar.
Pero mi corazón late como el tuyo y ¿Sabes qué?
No son invencibles, no son de acero como yo imaginaba. Después de tantas historias tienes tu propia muralla. Unas más altas que otras, pero murallas al fin y al cabo.
Y tú... ¿Quién te crees que eres para derribar la mía a golpe de sonrisa?
¿Quién te crees que eres para gustarme tanto? 
Un día, sin esperarlo te conocí por casualidad.... Y me hiciste sonreír aún estando rota por dentro como una muñeca de trapo y me sonreíste para que no me rindiera, para que no lo hiciera cuándo ya no me quedaban fuerzas ni para respirar, pararme, pensar y continuar... Para soñar aún estando despierta. Para imaginarme un día lleno de colores, aún en plena tormenta.
Porque tú no me dices que todo va a ir bien, no me prometes la luna, ni siquiera un minúsculo sueño... 
Tú me dices que puede que esto se vaya a la mierda, pero tu te quedas conmigo.
¿Y qué quieres que te cuente? 
Pues lo que digo siempre, eres como esas canciones de rap en inglés... 
No siempre las entiendo, pero me gustas igual. Pero vamos, que si quieres te cuento porque me gustas y porque no...

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